En 'Misterioso asesinato en Manhattan' el personaje de Woody Allen abandona con su pareja (Diane Keaton) la ópera Metropolitan de Nueva York solo minutos después de haber escuchado parte de 'El holandés errante' y suelta aquello de "después de escuchar a Wagner durante media hora, me entran ganas de invadir Polonia". La cita es una de las más populares de la historia del cine. Y le queda graciosa. Pero a su vez es un tópico como una catedral de grande (que pervive). A los genios como Allen también se les pueden colar estos lugares comunes.
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