Cuando era más pequeño creía ciegamente que este especial había sido adaptado del manga, dado que tenía sentido dentro del contexto de la serie. Y ciertamente lo tenía porque, a diferencia de las películas de Dragon Ball Z (1989), donde ocurren sucesos incompatibles con el punto de la historia en que se encuentran, aquí simplemente nos cuentan unos hechos pasados. Y lo mejor es que esta obra supera con facilidad a casi todos los derivados de la franquicia por aportar algo a nivel argumental y no ser otra vez una historia de salvar el mundo.
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