Yo no termino de creerme que si me porto bien y fornico mal y voy cada domingo a un galpón lleno de cruces y le cuento mi vida a un señor y cumplo con sus purgas, después voy a vivir unos milenios en el barrio cerrado de Paraíso con angelitos que me toquen el arpa. Tampoco consigo estar seguro de que los amigos Hitler, Stalin y Videla vayan a pasarse los siglos de los siglos quemándose en un asado de sí mismos alimentado por diablitos.
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