La famosa serie de Kevin Spacey fue creada en base a una montaña de datos que guardaba la empresa Netflix sobre los gustos de sus clientes. Se hizo a medida. Pero, ¿no es esa la fórmula para acabar con la sorpresa? Netflix -el servicio de televisión y películas por streaming- decidió apostar por su propio material, no se volvió hacia expertos veteranos de Hollywood, ni a críticos de cine o analistas de medios, sino a los algoritmos y datos de los usuarios.
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