Ni tan guapos, ni tan listos, ni tan comprometidos. En lo que se refiere a redes sociales, el límite entre la apariencia y la realidad se diluyen constantemente. Ocurre con nuestro aspecto, maquillado con filtros de Instagram; con nuestros conocimientos, basados en el copy-paste; o con nuestra ética, atrincherada a veces detrás de la pantalla y sosegada tras publicar un par de tuits en apoyo a una causa viral. Internet es un loco ecosistema en el que los límites para construir nuestra identidad no existen.
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etiquetas: postureo ético , alardeo moral , virtue signalling