El número 7 de calle de Marqués de Riscal, en el distrito de Chamberí, desentona con el resto de portales de la zona. La puerta de metal, medio encajada en la fachada y a la que apuntan dos cámaras de seguridad, no pega con el cuidado estilo neoclásico del edificio. Tampoco con lo que se esconde tras ella: un imponente frontón de pelota vasca de casi 5.000 metros cuadrados construido en el siglo XIX. Es el Beti Jai (siempre fiesta, en euskera), un monumento único en Madrid y que el gobierno de Manuela Carmena (Más Madrid) expropió por 30,8 mill
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