Un grano de polvo o una pequeña gota pueden dañar una superficie de metal resistente si la partícula se acumula a una velocidad suficientemente alta cuando se estrella contra ella. El MIT ha comprobado cómo las micropartículas pueden dañar las turbinas, las naves espaciales y los oleoductos. Mediante cámaras de alta velocidad han aprendido que con velocidades suficientemente intensas, el impacto derrite parcialmente la superficie. Esto es aplicable a turbinas, oleoductos y micrometeoritos en naves espaciales. En español:
bit.ly/2rj3IZx