Actualmente, las garrapatas se encuentran entre los ectoparásitos que más se alimentan con sangre, pero se especulaba sobre sus hábitos alimenticios y sus huéspedes. Aquí, informamos de una evidencia directa e indirecta en ámbar cretácico de 99 millones de años que muestra que las garrapatas se alimentaban de sangre de dinosaurios emplumados.
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