Con las gafas protectoras colocadas, el lorito Obi está listo para volar entre láseres. El ingeniero mecánico de Stanford David Lentink y Eric Gutiérrez han entrenado a este miembro de la segunda especie más pequeña de loros con el fin de medir con precisión los vórtices que crea durante su vuelo. Los 3 modelos sobre cuánta sustentación crea un pájaro basado en su estela resultaron muy inexactos. A diferencia de los aviones, la ruptura de sus vórtices ocurre muy cerca. La información se podrá usar en drones. Rel.:
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