En 1932, Stalin inició una serie de maniobras de seducción para traer de vuelta a la URSS al escritor ruso más famoso en el exilio: Maksim Gorki. Para ello, además de regalarle cuatro mil dólares, bautizaron con su nombre un parque, un instituto, un teatro, un barco, un avión y una montaña de Asia Central. Incluso la ciudad de Nizhny Novgorod cambió su nombre a Gorki. A su lado, otro de las grandes pilares de la literatura soviética, Mayakóvsky, sólo contaba con una estación de metro moscovita y un pico de seis mil metros en el Pamir.
|
etiquetas: octubre rojo , stalin , urss , gorki , literatura