Se trata de la antigua puerta de Trentaclaus o de los olleros, puesto que está junto a la calle Escudellers, donde se concentraba este gremio que fabricaba ollas de cerámica. Las excavaciones aún no han acabado y pueden ofrecer más sorpresas, avanza este jueves el Servicio de Arqueología de Barcelona. Se realizan por fases para poder respetar el paso de personas y vehículos y el arbolado existente.
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