Comencé contando cómo dejé mi sueño de ser, primero profesora y después publicista, ante el miedo inculcado de acabar engrosando la lista del paro en el primer caso y de tener que dejar mi ciudad en el segundo, y como, sin vocación ninguna, terminé estudiando ingeniería técnica informática. Pero como la cabra tira la monte, al acabar, preparé las oposiciones al cuerpo de profesores de Secundaria para dedicarme finalmente a la docencia. Un par de años como profesora me sirvieron para comprobar que la realidad difería mucho de mi idealización...
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