Lo de que hay que ser revolucionario en lo económico, reformista en lo político y conservador en lo antropológico, que al parecer es la consigna de cierta izquierda posmoderna, me recuerda el chiste del conde que soñaba con una esposa que fuera una dama en los salones, una cocinera en la cocina y una puta en la cama, y al final se casó con una mujer que era una puta en los salones, una dama en la cocina y una cocinera en la cama. Y me lo recuerda por dos razones: la primera, porque no creo que una persona pueda compartimentar su mente y sus fun
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