Recomienda Juan Arnau mirar un árbol cada día durante un minuto. Yo lo venía haciendo de vez en cuando, aunque no creo que haya llegado nunca a esa barbaridad de un minuto entero: siempre hay algo más urgente. Pero he comprobado que el árbol, cuando lo miras, te habla. Te dice cosas, te transmite mensajitos, whatsapps, sugestiones, emulsiones. Una vez me di cuenta de que todos los árboles están conectados entre sí (lo habría leído en Menéame, que es mi fuente de info más habitual).
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