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Nos cantó el Himno de la alegría porque le sobra. Miguel Ríos (Granada, 1944) lleva casi veinte años diciendo que se retira, como el cuento de Pedro y el lobo, pero no puede porque le ruge el motorcillo de dentro, con su runrún libérrimo, celebratorio, humanista, comprometido. Anda que ponerse a hacer el rock con Franco vivo… Su dios fue Elvis y él quiso ser su profeta en la tierra. En el 72 le metieron 27 días en la cárcel de Carabanchel por fumar marihuana y las pasó canutas -perdonen la broma-, porque le obligaron a delatar a dos colegas.
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etiquetas: miguel ríos , comunista