Uno de los grandes peligros de la medicina privada es que, al estar supeditada a la cuenta de resultados y a la búsqueda de máximo beneficio como cualquier otra actividad económica, conlleve en la práctica a la exclusión de los individuos menos “saludables”. Y este peligro que siempre ha estado presente, ahora con las nuevas tecnologías genómica y el “big data” sanitario se está haciendo ya una triste realidad.
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