Cuenta la leyenda que en el famoso restaurante madrileño Lardhy hay un corsé que perteneció a la reina Isabel II. Esta lo habría olvidado en alguna de las cuchipandas que compartía con sus amigos y cortesanos en un reservado del local cuando se liberaba del protocolo y daba rienda suelta a su fogosidad. Aunque sólo se trata de una habladuría, lo cierto es que la castiza soberana tenía una deuda con ese tipo de prenda, ya que una le salvó la vida en 1852 y ésa sí que se conserva aún, en el Museo Arqueológico de Madrid.
|
etiquetas: martín merino , isabel ii , sacerdote , atentado