“La he sentido, la he llorado, la he abrazado”. Para María Fernanda Ampuero (Guayaquil, 1976), la marginalidad no es sólo sujeto de escritura. Cuando el boom inmobiliario llenaba de espumillón algunas calles, ella, inmigrante ecuatoriana en España, malvivía. De su experiencia y de la de sus compatriotas empuño dos crónicas: Lo que aprendí en la peluquería (2011) y Permiso de residencia (2013). La escritora ecuatoriana busca el terror en la realidad. “Todos podemos ser el demonio del otro”, asegura.
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