«Poetas y hetairas somos hermanos», escribía el poeta Manuel Machado en aquel Madrid lleno de espacios oscuros, de zonas crepusculares. Todo estaba en construcción. La mala vida aparecía donde menos te lo esperabas, pero los poetas, convertidos en parias, en la golfemia que dirá Baroja, eran legión y podían verse multiplicados en viejos y angostos cafés tomados como fortines. Las imágenes reflejan una constelación de personas unidas por el amor a la vida en los márgenes: bohemia divina (aristócratas) junto a proletarios intelectuales.
|
etiquetas: madrid , club , poetas , gays