El libro «El terror bolivariano», de Pablo Victoria, presenta a un libertador muy alejado del mito Una cosa es matar al enemigo en combate y otra, muy distinta, ejecutar a un millar de soldados enfermos a machetazos tras mantenerlos cautivos durante un año. A principios de 1814, tropas del bando de los llamados libertadores se afanaron en ejecutar a españoles cautivos en las mazmorras de Caracas. Dado que la pólvora era escasa y cara, también se emplearon sables y picas para asesinarlos, sin importar que estuvieran heridos e inmóviles.
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