Desperté bruscamente; mantenía los ojos cerrados pero estaba totalmente despierto. Demasiado despierto - pensé - para lo metido que estaba hacía sólo segundos en mi sueño/pesadilla que seguramente había llegado al punto de imposibilidad de ser soportado que había provocado que me despertara. En el sueño, había tomado el Metro en una estación de la que no recordaba el nombre, extraña para mí, y en un viaje largo y nada concreto, había comprobado como el vagón se transformaba gradualmente en un tren de tercera clase de los antiguos,
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