En este mundo todo lo que merecía la pena, desde los discos de los Kinks hasta poner la cabeza en el hombro de alguien que quieres, se ha ido a la mierda. Las ideas también. Ahora basta con tener objetivos, como si todos formáramos parte de un comando de los putos Boinas Verdes. A él nadie le contó eso, nadie le advirtió que el futuro iba a ser este páramo inmoral animado con ritmos dominicanos hechos en Miami y donde las aspiraciones iban a quedar reducidas a pasearse en taxis negros con pinta de coches de mafiosos.
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