En el extremo más occidental de Mongolia Interior, en pleno desierto de Gobi hubo una vez un próspero reino. Era un centro de aprendizaje religioso, de arte y de comercio. Pero todo lo que queda ahora son las derruidas murallas que una vez protegieron la ciudad, unos pocos edificios de barro destrozados y huesos dispersos y blanqueados por el sol. Khara-Khoto, o “ciudad negra” en lengua mongol, se fundó en 1032 como capital de la dinastía Xia Occidental (1038–1227 d.C.) y pronto se convirtió en un próspero centro comercial.
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