En la gira de Héroes del Silencio de 1995 empezó a sentir calambrazos en su mano izquierda. Eran como latigazos. ¡Zas, zas! El músico llegó a pensar que eran descargas eléctricas producidas por un desajuste en el cableado. Pero no: le diagnosticaron distonía focal, una patología que afecta a algunos músicos que se caracteriza por una pérdida involuntaria del control y la coordinación de los movimientos de los dedos al tocar el instrumento. Valdivia tiene claro el origen: su obsesión por tocar como Slash, el guitarrista de Guns N’ Roses.
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