La jornada de ocho horas diarias de trabajo no es, para nada, una aportación de la modernidad: se trata de un régimen laboral de raíces religiosas y económicas que se venía aplicando en Europa desde la edad media y que la confluencia del liberalismo con la revolución industrial se llevó por delante hasta que comenzó a ser recuperada, entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, como consecuencia de las luchas del movimiento obrero.
|
etiquetas: trabajadores , industria , derechos , sociedad