Al principio, para aquel grupo de amigos, era posible. La calle Toledo, como parecía indicar su nombre, les llevaría directamente a la siempre hermosa y legendaria Toledo. El escritor John Dos Passos, entonces un joven que soñaba con conocer mundo y vivir toda clase de aventuras, en compañía de Roly y Downes, desafiando toda clase de sentido común, decidió emprender el viaje. Comenzar a los pies de la Plaza Mayor y alcanzar El Alcázar. «Pasamos bajo los soportales de la calle Toledo, cruzamos la Puerta y avanzamos por la blanca carretera —narra
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