La cultura, en forma de restos arqueológicos, vuelve a ser pisoteada, nunca mejor dicho, por turistas irresponsables. Una joven se subió al techo de las termas centrales de Pompeya, abiertas al público el año pasado, para hacerse una autofoto. La dirección del Parque Arqueológico definió la acción de la joven como «acto deplorable» y señala que se ha abierto una investigación. Se trata de un acto incivil y puede considerarse un delito punible penalmente con la pena de prisión de 3 meses a 1 año y multa de entre 1.000 y 3.000€.
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