En lo que hoy conocemos como los distritos de San Sebastián y San Jerónimo, a 15 y 20 minutos de la ciudad del Cusco, mantuvieron posiciones de prestigio a lo largo del tiempo, en una señal de sobrevivencia de la memoria. En otros lugares, su ascendencia imperial poco a poco pasó a ser una leyenda familiar, hasta perderse. En 2014 participé en una investigación del ADN de los incas, a cargo de la Universidad San MartÍn de Porres y auspiciada por National Geographic, y los resultados fueron publicados en un artículo científico.
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