A él le hubiera gustado ser el hombre invisible, pero no lo consiguió porque su nombre está irremediablemente ligado a la historia del cine español. Y no porque fuera un buen guionista, si no porque fue el mejor. Tal y como lo describen quienes lo conocieron bien, Azcona fue un magnífico escritor, de afilada ironía social. Empezó escribiendo relatos en la revista satírica "La codorniz", donde ya demostró su enorme talento para criticar, siempre en clave de humor. Hoy en el aniversario de su muerte, creo que vale la pena recordarlo.
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