Un equipo internacional de científicos, liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, ha descubierto que los humanos modernos no africanos que poseen fragmentos concretos de ADN neandertal en los cromosomas 1 y 18 tienen cabezas ligeramente menos redondas. “Sabemos por otros estudios que la interrupción total de UBR4 o PHLPP1 puede tener importantes consecuencias para el desarrollo del cerebro”, explica el autor principal Simon Fisher. En español:
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