No se engañe: nunca se alejará lo suficiente de la justicia. Ni los casinos, ni las casas flotantes, ni los barcos piratas son ajenos a las legislaciones de los países. Y si eso fuera poco, también están la ONU y su Ley del Mar. “Por supuesto que se puede apresar a un delincuente en alta mar”, responde el escritor Matt Soniak, desconcertado por la pregunta que se le plantea. “De hecho, ocurre a diario. Las aguas internacionales no son un paraíso criminal. En ellas se aplica, para empezar, la ley de la embarcación bajo cuya bandera viajas”.
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