Ahora bien, y aunque a esas alturas de la novela todavía no se ha contado, el objeto para el cual Syme ha sido reclutado por Scotland Yard es, precisamente, infiltrarse no en un grupo anarquista cualquiera sino en el corazón de esa conspiración que señalaba en el primer párrafo, de orden puramente intelectual, y por ende mucho más peligrosa, para la cual se necesitan no policías convencionales sino poetas y filósofos que sean capaces de adivinar un futuro crimen «hojeando un libro de sonetos». Enseguida, Syme descubre que Gregory lo ha conducid
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