Resulta cuando menos curioso que cuando se le pregunta a la primera fotógrafa española en entrar en la prestigiosa agencia Magnum, de 40 años de profesión a sus espaldas, cuántas fotos buenas tiene en su extenso archivo, te diga, con toda sinceridad, que “fotos buenas tengo muy pocas, poquísimas. Las buenas se hacen muchísimo de rogar”. Hablo, obviamente, de Cristina García Rodero (Puertollano, 1949).
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