Tener hermanos es un adiestramiento político. Cada vástago es el candidato de una moción de censura cruzada, siempre en curso. Los niños se entrenan en negociación: aprenden a ponderar la correlación de fuerzas (muscular, afectiva, de edad y de competencias adquiridas), se instruyen en ubicar y exprimir las flaquezas y carencias del contrincante. Ya tan pequeñitos montan maniobras de suplantación y fagocitación para ocupar el máximo de espacio filial (versión casera del espacio electoral).
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