A la muerte de Alejandro Magno, sus fabulosos dominios se repartieron entre los generales del ejército, entre los que hubo sus más y sus menos por conseguir la mayor porción del pastel. Al final, el ganador en ese reparto -con permiso de Ptolomeo, que se quedó con el rico Egipto- fue Antígono I Monóftalmos, que ya había servido antes a Filipo II y tras vencer uno por uno a sus rivales logró ser el diádoco de Macedonia, haciéndose con la mayor parte del imperio y con el tesoro real.
|
etiquetas: helépolis , coloso de rodas , torre de asedio