Afortunadamente, la naturaleza nos ha recordado que todavía quedan muchas sorpresas por descubrir gracias a GW190521, la señal de ondas gravitatorias producida por la fusión de los agujeros negros más masivos detectados hasta la fecha. La señal de 60 herzios apenas duró una décima de segundo, pero fue el resultado de la fusión de un agujero negro de 85 masas solares y otro de 66. El choque tuvo lugar a unos 17 mil millones de años luz (!) y dio como resultado un agujero negro de 142 masas solares. Sí, efectivamente, 85 más 66 no suma 142.
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