Surcó los cielos en busca de nuevas metas, se convirtió en los años treinta del pasado siglo en la primera persona en volar entre Inglaterra y Nueva Zelanda y acabaría enterrada, junto a sus proezas en el aire, en una fosa común del cementerio de Palma. La historia de Jean Batten es la de una mujer que se enfrentó innumerables escollos -entre ellos, la negativa de su padre a que se dedicara a la aviación- para hacerse un hueco en la aeronáutica y pulverizar un récord tras otro. Era la 'Greta Garbo de los cielos', como se la llegó a conocer.
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