En el momento de su creación, en el año 1902, el conocido como ‘Friso Beethoven’ –hoy considerada como una de las obras cumbres de Gustav Klimt–, medía nada menos que treinta y cuatro metros de longitud y el soporte en el que se encontraba tenía un peso de unas cuatro toneladas. Hoy, por desgracia, tan sólo se conserva una pequeña parte de aquella hermosísima obra de arte...
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