El fútbol, en la actualidad, bien podría ser descrito como uno más de estos Noppera-bō. A veces, el más bello de todos deportes; en otras ocasiones, una industria sin escrúpulos sólo centrada en el beneficio económico. Como diría Eduardo Galeano, “una cuestión de soles y sombras”. No obstante, aún son muchos los que creen en el arte de dar patadas a un balón; los que piensan que gran parte de la corrupción y la avaricia que han rodeado al fútbol en las últimas décadas tienen solución. Volver a transformar el mercado en juego.
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