La tortugas suelen atascarse cuando tratan de arrastrase sobre las vías del tren quedando atrapadas entre los dos raíles elevados metálicos. Ya que no pueden salir, se ven obligadas a seguir a lo largo de la vía, hasta que finalmente son atropelladas por un tren o se atascan en una parte del mecanismo de conmutación del ferrocarril. El interruptor aplasta a la tortuga y habitualmente provoca que se dañe en el proceso obligando a los trenes a parar hasta que se arreglen los desperfectos.
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