«Se conocía que había habido un accidente con un deportista implicado, pero no se sabía quién. Esa tarde, cada llegada se convierte en una auténtica partida de ruleta rusa, en una agonía existencial, donde se entremezclan suspiros por el que se salva y maldiciones por el que no da señales de vida. Sólo quedaban dos jugadores por llegar: Quique Villalobos y Fernando Martín. Cuando Villalobos entra al vestuario. Se hace un silencio sepulcral y reina la frustración. La vida de Quique significa la muerte de Fernando»
|
etiquetas: fernando , martín