Cualquiera puede identificar cuáles son esas circunstancias que marcan nuestra felicidad para mal en estos inicios del siglo XXI. El mundo va demasiado rápido y todo cambia de manera acelerada: nos cuesta mantener el ritmo de los tiempos. Y, sin embargo, esto era algo de lo que ya se quejaban también quienes respondían a aquellas primeras encuestas en los años cuarenta. ¿Nada nuevo bajo el sol o ahora son estos elementos algo peor porque todo va mucho más rápido? «Sí, todo cambia mucho más rápido», apunta el experto, «lo hace la tecnología más
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