Todo empezó cuando Peter Bellerby quiso regalarle un globo terráqueo a su padre, que iba a cumplir 80 años. Pasó buscando dos años y sólo encontró ejemplares pseudoantiguos con “una generosa dosis de color sepia” o “modelos antiguos muy frágiles y caros, que realmente no puedes usar a diario”. La única opción era fabricar él mismo un globo. La sacrificada pero feliz aventura se desmadró, el proceso le impresionó tanto que decidió crear una empresa, Bellerby & Co. Globemakers. Web:
www.bellerbyandco.com/ En español:
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