En unos tiempos donde el talonario de Netflix y los grandes nombres cinematográficos justifican a ese espectador perezoso a la hora de no ir al cine, Expediente X otorgó texturas cinematográficas a la televisión de los noventa que dejan en pañales a la mitad de esas recientes intentonas. Vista hoy, el fenómeno se sostiene extraordinariamente bien al margen de la nostalgia. Su equilibrio entre capítulos autoconclusivos y una gran trama conspiranoica resultó ejemplar en las primeras temporadas creando una mercadotecnia desconocida hasta entonces.
|
etiquetas: expediente x , series , tv , entretenimiento