En sus primeros meses, el bebé llora sin cesar en las primeras horas de la noche, anulando cualquier plan que podría haber tenido para hacer el amor. ¿Es sólo hambre o podría este paquete de alegría estar bloqueando su disfrute por otra razón? Un estudio reciente de la Universidad de Harvard sugiere que los bebés lloran para mantener a su madre agotada y para impedir la ovulación. Si ella puede evitar a sus padres tener relaciones sexuales, retrasará la llegada de un hermano que podría competir por la comida y el afecto.
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