Los espermatozoides humanos no nadan haciendo oscilar la cola, como se ha pensado durante más de 300 años. Esa forma de moverse es solo una ilusión óptica que ha desenmascarado un equipo de investigadores, gracias a las matemáticas y la microscopía en 3D más avanzada. La cola como si de una anguila se tratara, esta en realidad está torcida y solo se mueve de un lado, mientras que la cabeza del espermatozoide debe rodar sobre sí misma para poder desplazarse recto. En español:
bit.ly/30j4WGO