En septiembre de 1859, las líneas de telégrafo del Reino Unido y la costa este de Estados Unidos se vinieron abajo, electrocutando a algunos operadores. Al mismo tiempo, se observaron auroras boreales en latitudes tan bajas como las islas Baleares. Ambos fenómenos tenían la misma causa: la mayor tormenta solar registrada hasta la fecha, conocida como el evento Carrington, en honor al astrónomo británico que detectó la llamarada. ¿Qué pasaría si hubiera un evento Carrington 2?
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