Se trata de un agujero redondo y oscuro de 30 metros de ancho que sirve como puerta de entrada a una cueva de 112 metros de profundidad. Se estima que el pozo tiene millones de años de antigüedad. ¿Qué hallaron en el interior del pozo? La respuesta no los sorprendió: serpientes, animales muertos y perlas de las cavernas grises y verdes formadas por gotas de agua.
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