Actualmente contamos con un arma importantísima con la que por entonces no contaban: la vacuna contra la influenza que llevamos usando y mejorando desde 1945. Pero, como hemos podido comprobar este mismo año, por sí sola no basta, precisamente porque el virus influenza escapa a cualquier marcaje. Está mutando constantemente, afectando a especies que se desconocía que afectaran, de ave a cerdo, de cerdo a humano y vuelta a empezar. Tipo A, tipo B, H1N5, H2N9... un carrusel de combinaciones que cada año trae nuevos premiados.
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