Pocos animales merecerían el calificativo de malvado tanto como el dragón de Medina. Es un gusano sus larvas pasan al sistema digestivo [...] Una vez allí, inmune a la acción de los ácidos del estómago, atraviesa la pared abdominal, se reproduce y la hembra que porta las nuevas larvas crece y perfora los tejidos internos de su víctima. Ésta sólo se da cuenta cuando la hembra del dragón llega a la piel y asoma al exterior para expulsar las nuevas larvas. Puede aparecer en cualquier punto de la superficie del cuerpo.
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